Se conmemora el Día Mundial de la Obesidad. La efeméride llama a hablar más de este importante problema de salud pública. En América Latina las estadísticas siguen en aumento.
Este 4 de marzo se conmemora, en todo el planeta, el Día Mundial de la Obesidad. La efeméride, organizada por la Federación Mundial de la Obesidad (FMO), busca generar conciencia acerca de este importante problema de salud pública. Se cree que, en todo el mundo, más de 1.000 millones de personas son obesas. En el continente americano, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 62,5% de los adultos tiene sobrepeso u obesidad.
El lema elegido para este 2023 es: “Cambiemos la perspectiva: hablemos de obesidad”. Desde la entidad, piden que se dialogue más acerca de los estigmas que aún cargan quienes la padecen y de la necesidad de considerar a la obesidad como una enfermedad. También, consideran óptima a la fecha para reflejar lo importante que resultan sistemas sanitarios preparados para tratar a estos pacientes.
En Latinoamérica, alrededor del 24% de la población mayor de 18 años es obesa. La cifra se encuentra por encima del promedio mundial (13,1%) y se ha incrementado notoriamente en los últimos años. La epidemia impacta también con mayor severidad en niños y niñas menores de cinco años. En la región, el 7,5% de esa población sufre sobrepeso. Dicho valor se encuentra casi dos puntos por encima del promedio mundial (5,7%).
Para la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el abordaje del sobrepeso y la obesidad resulta prioritario. Es por eso que en el continente americano se promueven y apoyan políticas que permitan a las personas mejorar la alimentación, incrementar la actividad física y minimizar las complicaciones asociadas. El foco está puesto en corregir los determinantes sociales del sobrepeso y la obesidad. La entidad ve como relevantes a la rápida urbanización, la poca planificación, el pobre acceso a comidas saludables y la falta de áreas para realizar ejercicio físico.
La prevalencia de obesidad en adultos se ha triplicado en la región con respecto los niveles que había en 1975. Y ese impacto, según las estadísticas, ha sido mayor en población de sexo femenino. En más de 20 países de América Latina la tasa de obesidad femenina es 10 puntos porcentuales mayor que la registrada en hombres.
El sobrepeso infantil compromete la salud de manera inmediata y en el largo plazo. Dentro de las dificultades tempranas que acarrea se destacan los problemas respiratorios, un mayor riesgo de fracturas, la hipertensión arterial, la resistencia a la insulina. Además del impacto psicológico asociado. Luego, surgen problemas respecto a un mayor riesgo de padecer enfermedades no transmisibles.
La prevalencia de la obesidad infantil también ha ido en aumento en toda Latinoamérica. Aquí, 3 de cada 10 personas con edades comprendidas entre los 5 y 19 años viven con sobrepeso. Además, las estadísticas señalan incrementos para la población comprendida entre los 0 y 4 años. En Perú, por ejemplo, las tasas de prevalencia en dicho grupo etario pasaron de un 2,5% en 1992 a un 3,2% en 2022. Pero en algunos países del Caribe, directamente, esos valores se duplicaron.
Según la OPS, las causas detrás del fenómeno tienen que ver con el consumo elevado en la región de productos de bajo valor nutricional. Están caracterizados por un contenido alto de azúcar, grasa y sal. Además, la ingesta habitual de bebidas azucaradas, así como una actividad física insuficiente, completan el panorama. Todos los factores citados componen, en definitiva, un ambiente obesogénico con el que niños y niñas deben interactuar ya de manera temprana.
Desde la Organización, promueven la implementación de políticas, leyes, o intervenciones efectivas, que faciliten la prevención de la obesidad en la niñez y la adolescencia. Las expectativas están puestas en: la atención primaria de salud, la promoción de la lactancia materna y una alimentación saludable, además de avances en la alimentación y la actividad física en el entorno escolar. Por otro lado, la OPS apoya la puesta en marcha de políticas fiscales y la regulación de la comercialización y el etiquetado de alimentos, entre otras acciones multisectoriales.
Este año, el lema de la efeméride pide hablar más de la obesidad. Y considera central el papel de los y las profesionales de la salud para mejorar la comprensión del problema. El diálogo barre estigmas, mejora estrategias y es un motor para la acción. “Discutir este tema con pacientes o colegas puede marcar una enorme diferencia”, comentan desde la FMO. Y agregan que “cuando se hablan, debaten y comparten historias, se pueden cambiar perspectivas y transformar los resultados de salud”.
-Organización Panamericana de la Salud (OPS)
-Organización Mundial de la Salud (OMS)
-Federación Mundial de la Obesidad (FMO)
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