Este 29 de septiembre la cardiología conmemora el Día Mundial del Corazón. La fecha, promovida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Federación Mundial del Corazón (FMC), busca despertar conciencia acerca del profundo impacto que tiene en la población la enfermedad cardiovascular. En América Latina, dos millones de personas murieron en 2019 debido a dichas enfermedades.

Aquí la cardiopatía isquémica y el accidente cerebrovascular constituyen las dos principales causas de mortalidad y discapacidad por patología cardiovascular.

A nivel global, más de tres cuartas partes de las muertes debidas a estas enfermedades se producen en países de bajos y medianos ingresos. En ellos las estadísticas continúan en aumento y vuelven necesaria la intensificación de medidas para reducir la carga de la enfermedad. Es por eso que la efeméride llama este año a pacientes y profesionales de la salud a usar y saber más del corazón. “Solo queremos y protegemos lo que conocemos”, comentan desde la FMC.

Adelantos farmacológicos en cardiología

Alrededor del 80% de las muertes prematuras por causas cardiovasculares son prevenibles. Y los consejos para los pacientes vuelven a girar este 2023 en la necesidad de disminuir factores de riesgo y en lo conveniente que resulta un estilo de vida saludable para cuidar el corazón. ¿Pero qué nuevos conocimientos modifican la práctica clínica de la cardiología y los cuidados brindados por los profesionales de la salud?

Desde Ecuador, el Dr. Diego Villalba Paredes señala algunos avances a Océano Medicina. El profesional es médico por la Universidad Central del Ecuador (2005) y especialista en cardiología (2010) por la Universidad Favaloro de Argentina. Actualmente es jefe del servicio de cardiología del Hospital General San Francisco del IES (Quito). Además, se desempeña como electrofisiólogo del Centro del Corazón Novaclínica. Este último, también de la ciudad de Quito.

El doctor comenta el importante rol que tienen algunas opciones terapéuticas para pacientes con insuficiencia cardíaca y fracción de eyección reducida. Menciona los beneficios que han logrado en la práctica clínica los fármacos inhibidores de la neprilisina y del receptor de angiotensina (INRA). También rescata la interesante evidencia acumulada por las glifozinas en el último tiempo.

Sacubitril/valsartán fue el primer agente INRA que logró la aprobación en los Estados Unidos. En una revisión reciente se comenta que puede indicarse en pacientes con insuficiencia cardíaca crónica con fracción de eyección reducida (clase II, III o IV de la NYHA). Esto, en reemplazo de los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA), o los bloqueadores de los receptores de angiotensina II. O bien asociados a otros tratamientos que son estándar para la insuficiencia cardíaca (betabloqueantes, antagonistas de la aldosterona). Distintas investigaciones ya han reflejado el impacto que tiene el empleo de sacubitril/valsartán en la reducción de la morbimortalidad de los pacientes.

Por el lado de las glifozinas, se destacan los buenos resultados obtenidos por el estudio EMPULSE. Se trató de un ensayo clínico randomizado y controlado con placebo, en el que participaron 530 pacientes hospitalizados con insuficiencia cardíaca aguda. Luego de un seguimiento de 90 días, se observaron ventajas en un combinado de mortalidad cardiovascular, hospitalizaciones por insuficiencia cardíaca y calidad de vida, para aquellos que recibieron empaglifozina.

La administración temprana del medicamento- un inhibidor selectivo y reversible del cotransportador renal de sodio y glucosa (SGLT2)- fue eficaz y segura en pacientes hospitalizados por insuficiencia cardíaca. El efecto fue independiente del grado de compromiso en la fracción de eyección del ventrículo izquierdo. Tampoco tuvo relación con la condición basal de diabetes.”Estos medicamentos han cambiado la expectativa de vida en este grupo de pacientes, antes condenados. Ahora cuentan con una tasa de supervivencia casi similar a la de personas sin la enfermedad”, asegura el Dr. Villalba Paredes.

El intervencionismo cardíaco y la electrofisiología no se quedan atrás

Por el lado del intervencionismo cardíaco, el especialista comenta que: “la intervención coronaria percutánea ha modificado de manera notoria la mortalidad en pacientes que cursan un infarto del miocardio. Mientras que las TAVI (implante valvular aórtico percutáneo) y las mitraclip -un dispositivo útil para el cierre del orificio mitral- han modificado las antiguas cirugías de corazón abierto, caracterizadas por largas estadías postoperatorias”.

El ámbito de la electrofisiología no le va a la zaga. Ya que, según el Dr. Villalba Paredes, es factible implantar marcapasos sin cables en un grupo específico de pacientes (marcapasos Micra). Además, señala que es posible el implante de marcapasos en zonas más fisiológicas, como por ejemplo el haz de His, o la rama izquierda. Esto para una mejor sincronía inter e intraventricular. Por último, considera que el aislamiento de las venas pulmonares por ablación o crioablación, en las fibrilaciones auriculares paroxísticas o persistentes, ha mejorado la calidad de vida de miles de pacientes.

Algunas cosas que se esperan para el futuro de la cardiología

El Dr. Villalba Paredes se muestra expectante ante algunas investigaciones que desarrollan un corazón artificial. Es que el impacto en las listas de espera para trasplantes con este dispositivo sería notorio. Además, cree que existe una deuda, pero también una cuota de esperanza, en el rol que tienen las células madre para regenerar tejido miocárdico necrosado. Por otro lado, el profesional piensa que la inteligencia artificial podría ayudar al personal sanitario. Especialmente en la toma de decisiones en pacientes críticos atendidos en sitios distantes. De concretarse, estos desarrollos significarían grandes adelantos en la lucha contra las enfermedades cardiovasculares. Para lograrlo, como piden desde la FMC, hay que conocer un poco más al corazón. También, por supuesto usarlo siempre que se está ante un enfermo cardíaco.