El nivel de colesterol LDL medido en la mediana edad se asocia con el riesgo de demencia 10 años después.
Según una investigación publicada en The Lancet, el nivel de colesterol LDL medido en la mediana edad (<65 años) se asocia con el riesgo de desarrollar demencia 10 años después. Por este motivo, debe agregarse a la lista de factores de riesgo modificables para la demencia.
Para la realización del estudio se utilizaron datos de personas con mediciones de lípidos en el enlace de datos de investigación de práctica clínica (CPRD) del Reino Unido. Se examinó la asociación entre los niveles de lípidos en sangre y la demencia (incluida la enfermedad de Alzheimer). Algunas variables que se tomaron en cuenta fueron la edad en la primera medición de lípidos en sangre y la duración del seguimiento.
Hasta el momento, la evidencia de la asociación entre colesterol total, colesterol LDL y HDL y triglicéridos y el riesgo de demencia había sido inconsistente. Si bien algunos estudios no informaron asociación alguna, los que sí lo hicieron fueron aquellos que examinaron el efecto de los niveles de colesterol total en la mediana edad (65 años) con un seguimiento más prolongado.
Sin embargo, la síntesis de estudios observacionales previos se vio fuertemente obstaculizada por diferentes poblaciones de estudio, distintos puntos de corte del colesterol total para la categorización y diversos métodos para capturar los casos de demencia.
Por lo tanto, los investigadores sostienen que este estudio pretendió ser lo suficientemente grande como para superar estas variaciones. El objetivo fue determinar si existe una asociación entre el nivel de lípidos en sangre y la demencia, teniendo en cuenta la edad al momento de la medición y la duración del seguimiento.
Se estudiaron datos de una cohorte de personas de 40 años o más con un primer registro de colesterol total entre el 1 de enero de 1992 y el 31 de diciembre de 2009. El seguimiento se realizó hasta el primer registro de demencia, la última fecha de recopilación de datos, la muerte del paciente (o traslado fuera de la práctica), o el 5 de enero de 2015, lo que ocurriera primero. Asimismo, se excluyó a las personas con antecedentes de demencia antes de la medición del colesterol total.
Para examinar la asociación entre la demencia incidente y el colesterol basal total, el colesterol LDL y HDL y los triglicéridos se utilizó la regresión de Poisson.
Los análisis se estratificaron por edad en la primera medición (<65 años o ≥65 años) y la duración del seguimiento (<10 años o ≥10 años). Los investigadores centraron su análisis en el colesterol LDL.
También tuvieron en cuenta otros factores como el sexo, año calendario, país dentro del Reino Unido, nivel socioeconómico, origen étnico, tabaquismo, alcohol, índice de masa corporal, comorbilidades y prescripciones.
Entre las 1.853.954 personas que tuvieron un registro de colesterol total, 49.416 presentaron un diagnóstico de demencia. En tanto, de las 953. 635 que expresaron valores de colesterol LDL, 21.602 fueron diagnosticadas con demencia.
En general, se encontró una asociación positiva modesta entre el colesterol LDL y la demencia, con una razón de tasa ajustada (RR por sus siglas en inglés) de 1, 05 (IC del 95%) por aumento de DE en el colesterol LDL (1, 01 mmol/L o aumento de 39 mg/dL).
La RR en personas menores de 65 años al inicio del estudio (n = 636.262) fue de 1,10 para la demencia diagnosticada en los primeros 10 años después de la medición y 1,17 para la demencia diagnosticada más de 10 años después de la medición.
La asociación entre el colesterol LDL y la demencia fue más débil entre las personas de 65 (o más) años al inicio del estudio (n = 317.373) en comparación con las personas menores de 65 años (RR 1,03 para la demencia diagnosticada durante los primeros 10 años de seguimiento y 1,07 para la demencia diagnosticada después de 10 años).
También se observó una asociación más débil entre el colesterol total y la incidencia de demencia. Con respecto al colesterol HDL y los triglicéridos, no existió ninguna asociación consistente.
Según el estudio Global Burden of Disease, en el año 2016 el número de personas con demencia era de 43,8 millones, más del doble de los 20,2 millones del año 1990.
La prevención es particularmente importante para reducir el incremento de los casos de demencia, ya que actualmente no existe una cura para la enfermedad.
De acuerdo con la Comisión Lancet sobre Prevención, Intervención y Atención de la Demencia, el 40% de los casos de demencia son atribuibles a factores de riesgo potencialmente modificables como: bajos niveles de educación, hipertensión, obesidad, pérdida de audición, tabaquismo, depresión, inactividad física, aislamiento social, diabetes, consumo de alcohol, traumatismo craneoencefálico y contaminación del aire.
The Lancet
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