El Dr. Ricardo Alberto Chercover desarrolla los principales abordajes a tener en cuenta para mejorar la calidad en la gestión en las áreas de salud
Clásico es en la salud pública el concepto de que cantidad y calidad son conceptos que se contraponen. Es así que, históricamente, las instituciones prestadoras de salud, ponían el acento en “cuanto” se hacía y no en “cómo” se hacía. Así lo demuestran los registros de sus memorias anuales y sus estadísticas.
El concepto de calidad de los servicios de salud adquiere cada vez mayor importancia. Pero gestionar la calidad en un sistema de atención de la salud no es tarea sencilla.
Es fundamental un cambio cultural de la organización y de todos sus actores para lograr un cambio de paradigma que coloque al paciente y sus necesidades en el centro de la escena hasta lograr el aceitado funcionamiento de un sistema de mejora continua.
Estas herramientas permiten mejorar la atención de los pacientes y disminuir los errores clínicos y/o administrativos, lo cual redunda en una mayor eficiencia institucional, una mejora de la satisfacción de los pacientes y sus familias, una mejora en la relación con los pacientes y sus familias
Debemos considerar que “calidad” no sólo es calidad técnica en la atención individual de cada paciente. Esto es imprescindible pero no suficiente. La calidad debe ser claramente percibida por el usuario.
No es un concepto absoluto, estable y permanente sino que es un proceso de mejora continuo. Debe ser no sólo objetivable, sino también mensurable. La calidad de una institución prestadora de servicios de salud no depende de un grupo que la planifique sino que involucra a toda la organización, todos los actores son responsables de la calidad.
Para implementar un sistema de mejora continua de la calidad es imprescindible trabajar en equipo, con todos los actores institucionales (profesionales, técnicos, administrativos, auxiliares, residentes, etc.). Además, realizar el trabajo a través de una red de procesos interrelacionados para mejorar la atención al paciente. Es crucial estimular la responsabilidad individual sobre los propios resultados, hacer sentir que todos son importantes dentro de la organización. Es importante resaltar que cada uno cuenta y es determinante en la atención del paciente. De esta manera, la atención se realizará con éxito y se conseguirán mejores resultados.
La información, su calidad y cantidad, es un elemento de vital importancia para la gestión de la calidad. Debe facilitar el análisis de la situación institucional por parte de los técnicos. La moderna tecnología informática ha logrado grandes avances en este campo y colabora a disminuir la cantidad de errores a través de la oferta de datos precisos y adecuados en tiempo y forma. Por supuesto que de nada sirve disponer de una tecnología de punta sin un capital humano capacitado para su uso.
Implementar un sistema de mejora continua de la calidad en una institución de salud implica un cambio cultural de fondo, y esto no se logra si no se hace primero un cambio de paradigma que coloque al paciente en el centro de la escena.
*Dr. Ricardo Alberto Chercover. Obstetra y docente. Co-Director del Curso Superior de Administración y Gestión Hospitalaria y Gestión de Procesos Asistenciales.
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