La investigadora y médico Susana Gotthelf cita a la evidencia para señalar que en el país 8 de cada 100 niños podrían ser hipertensos
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a la hipertensión, o tensión arterial alta o elevada, como el “trastorno en el que los vasos sanguíneos tienen una tensión persistentemente alta, lo que puede dañarlos”.
Considerando que la tensión arterial es la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de los vasos (arterias) al ser bombeada por el corazón, cuanto más alta es la tensión, más esfuerzo tiene que realizar el corazón para bombear.
Pero, ¿puede afectar este padecimiento hereditario a los niños? La respuesta rápida: sí. ¿Se puede diagnosticar de forma temprana? Una vez más, sí. ¿Cómo? La investigadora y médico Susana Gotthelf, coautora del ensayo “Hipertensión arterial y su asociación con variables antropométricas en adolescentes escolarizados de la ciudad de Salta (Argentina)”, propone una solución, basada en su experiencia y tomando en cuenta que, según expone, en el país 8 de cada 100 niños argentinos podrían ser hipertensos y a la mitad no se le ha hecho nunca un control de presión.
– ¿Qué es la hipertensión arterial pediátrica?
– Hasta hace unos años la tensión arterial alta (HTA) era considerara una enfermedad de la edad adulta. El aumento de la presión arterial, por encima de valores críticos en los que no hay una causa identificable es lo que se conoce como hipertensión primaria o esencial. Hoy, asociado especialmente al aumento de peso y a los hábitos de vida (falta de actividad física, consumo de alimentos ricos en sal), la prevalencia de hipertensión ha aumentado en todos los países, en especial en adolescentes, entre 12 y 18 años de edad.
Del total de casos de hipertensión arterial en niños, 75-80% son secundarios a enfermedad renal y a enfermedad reno-vascular. Dentro de las enfermedades renales, las principales son las glomerulopatías, hipoplasia renal segmentaria, riñón poliquístico, tumores renales, uropatía obstructiva, insuficiencia renal aguda y crónica y pielonefritis. Otras causas se asocian a, trastornos hormonales, cardiovasculares, intoxicaciones o fármacos
Cada vez hay más estudios que relacionan la presión arterial en la infancia con la de la edad adulta, en el sentido de que un niño con cifras elevadas de presión arterial tiene más riesgo de convertirse en un adulto hipertenso. Por otro lado, se sabe que alteraciones incluso leves de la PA en edades tempranas de la vida se traducen en HTA con lesión orgánica asociada en edades adultas. Por ello es tan importante el control y diagnóstico temprano de la enfermedad.
La prevalencia de hipertensión arterial en la infancia es de 1-3% y llega al 10% en la adolescencia
–¿Cuáles son los factores de riesgo para la hipertensión en los niños? ¿Depende de edad y sexo?
– El médico debe ahondar en el interrogatorio sobre los factores de riesgo, empezando por los:
• heredo-familiares (HTA, obesidad, enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares, diabetes mellitus, dislipemia, nefropatía hereditaria, etc.).
• personales: peso de nacimiento, edad gestacional, enfermedades previas.
• hábitos de vida: práctica de actividad física, sedentarismo, estado nutricional, situaciones de estrés, alimentación.
• Hábitos tóxicos como tabaquismo , alcohol , cafeína en exceso, drogas y uso de anticonceptivos (en adolescentes).
Recordar que muy a menudo, esta afección no causa molestias notables, pero cualquiera de los siguientes síntomas pueden indicar presión arterial alta:
• Dolor de cabeza
• Mareos
• Dificultad para respirar
• Alteraciones visuales
• Fatiga
Un punto importante con respecto a la obesidad es que hoy está alcanzando porcentajes epidémicos tanto en los países desarrollados como en los emergentes o en vías de desarrollo. Según la Organización Mundial de la Salud, más de mil millones de individuos sufren sobrepeso en el mundo, de los cuales casi trescientos millones pueden ser considerados obesos. En la actualidad la evidencia científica y epidemiológica demuestra e identifica al sobrepeso y la obesidad como factores de riesgo para el desarrollo de enfermedades crónicas denominadas “no transmisibles”, tales como la hipertensión arterial, la diabetes mellitus tipo II, la dislipemia, etc.
Un aspecto bien estudiado es la relación que cabe entre sobrepeso, obesidad e hipertensión arterial fundamentalmente en edades tempranas de la vida como la niñez y la adolescencia, donde la prevalencia de las mismas en este grupo etario en particular se incrementa progresiva y paralelamente al aumento de las puntuaciones del índice de masa corporal. En un trabajo que publicamos en la Revista de la Federación Argentina de Cardiología en el año 2012.
Hallamos una prevalencia de HTA en adolescentes es del 11,4% y lo significativo fue que la probabilidad de HTA fue 7,85 mayor en adolescentes con sobrepeso/obesidad. Por lo tanto, la hipertensión arterial es ya una realidad constatable en los niños y adolescentes obesos.
– ¿Cuáles son los valores de presión, según talla y edad, normales para un niño?
– En la población pediátrica, la PA es un parámetro muy variable, presentando valores de normalidad que varían según el sexo, y además aumentan progresivamente a lo largo de los años con el crecimiento y desarrollo corporal. En condiciones fisiológicas existe un incremento de la presión arterial de acuerdo a la edad. Durante el primer año de vida la presión arterial sistólica aumenta en forma rápida, para posteriormente tener un incremento más lento hasta los 5 años. Entre esta edad y el inicio de la pubertad, la presión arterial sistólica aumenta 1.2 mmHg y la diastólica de 0.5 a 1 mmHg por año con mínimas diferencias entre niños y niñas. Entre los 13 y los 18 años de edad existe un notable incremento en los valores de la presión arterial, más evidente en los niños que en las niñas, debido a que tienen un desarrollo puberal más tardío y una mayor masa corporal.
Actualmente, se emplean como valores de referencia de PA los aportados en las tablas de la Task Force for Blood Pressure in Children que, para cada edad y sexo, establecen percentiles de valores de PA en relación al percentil de talla. Estos se consideran los valores de elección para determinar el patrón de normalidad.
El Consenso de la Sociedad Argentina de Pediatría y de acuerdo con la Comunicación de la Academia Americana de Pediatría, establece:
•Hipertensión arterial: cuando el promedio de PA sistólica y/o diastólica es mayor o igual al percentilo 95 para edad, sexo y talla en 3 ocasiones o más.
•Prehipertensión: cuando el promedio de PA sistólica y/o diastólica es mayor o
igual al percentilo 90 y menor al percentilo 95 para edad, sexo y talla en 3 oportunidades o más.
Se recomienda que los adolescentes cuyos valores de TA sean mayores o iguales a 120/80 mm Hg se consideren prehipertensos.
– ¿Cuándo el personal de salud debe considerar evaluar los valores de presión a un niño? ¿Tiene que existir una enfermedad para hacerlo?
– Se recomienda medir la presión arterial a partir de los 3 años de edad, en la consulta de control de salud con el pediatra, con o sin antecedentes de enfermedades previas. Aunque la prevalencia de hipertensión arterial en niños pequeños es baja, la toma de presión arterial rutinaria servirá para diagnosticar esos pocos casos oportunamente, lo que ayudará a un tratamiento adecuado y a evitar complicaciones. Todo pediatra debe contar con varios manguitos de diferentes tamaños; si el manguito queda pequeño, la presión arterial se medirá falsamente alta, y por el contrario, si el manguito queda grande, la presión arterial se medirá más baja de la real.
– ¿Tomar la presión al niño es una práctica poco frecuente o todo lo contrario? ¿Por qué?
– La hipertensión arterial es una enfermedad que puede presentarse desde etapas tempranas de la vida. Según estadísticas aportadas por la sociedad Argentina de Hipertensión Arterial, en el país 8 de cada 100 niños podrían ser hipertensos, “sin embargo, a la mitad de los niños y adolescentes entre 7 y 18 años nunca se les ha realizado un control de presión arterial”. Si bien la Organización Mundial de la Salud ha llamado la atención sobre la importancia de tomar la presión arterial en forma periódica y rutinaria en niños y adolescentes, su medición en esta población no suele ser una práctica habitual de la consulta pediátrica de rutina.
– ¿Se le debe evaluar los valores de presión a un niño de padres hipertensos? ¿Cada cuánto tiempo?
– La presión arterial debe medirse a todos los pacientes que acuden por primera vez a la consulta externa, y posteriormente, por lo menos una vez al año.
Es prioridad que en los pacientes que serán sometidos a alguna intervención quirúrgica se corrobore su presión arterial como parte de la valoración preoperatoria. Por otro lado la medición también debe formar parte del chequeo de adolescentes en riesgo de desarrollar hipertensión arterial en la etapa adulta. Existen programas de medición de la presión arterial en el domicilio de los pacientes con sospecha de hipertensión arterial, con el fin de realizar varias mediciones, principalmente al levantarse y acostarse, para obtener un diagnóstico veraz de hipertensión arterial, o en su caso, descartar dicho diagnóstico.
También existen programas de enseñanza a padres de pacientes con diagnóstico de hipertensión arterial para medición en casa de la presión arterial
– ¿Cuáles son los principales obstáculos que se le pueden presentar al personal de salud al momento de evaluar los valores de presión de un niño o adolescente?
– Algunos profesionales refieren que uno de los principales obstáculos a la hora de tomar la presión a los niños es la falta de disponibilidad de brazaletes de tensiómetro adecuados según el diámetro del brazo correspondiente a cada edad. Sin embargo, uno de los inconvenientes más importantes es la poca costumbre que tienen algunos médicos pediatras de tomar la PA.
Podemos decir que tomar la presión arterial en la consulta externa de pediatría es un procedimiento sencillo, no invasivo y rápido, sólo se debe contar con un equipo en buenas condiciones y con el manguito del esfigmomanómetro de tamaño ideal, para realizar una medición adecuada y en las mejores condiciones para evitar confusiones.
–¿En qué consiste la “hipertensión de guardapolvo blanco” y cómo puede evitarse?
– Se define así cuando un paciente tiene cifras de PA por encima del percentilo 95 en el consultorio y es normotenso fuera de él. Sencillamente se trata de niños y adolescentes que muestran registros más elevados de TA en el consultorio médico que durante su actividad cotidiana. Tal y como recuerda el Dr. Federico A. Augustovski, las variables más frecuentemente asociadas a este fenómeno han sido: el sexo femenino, la edad y el índice de masa corporal. La PA sistólica se comporta más frecuentemente de este modo particular que la diastólica.
Se requiere monitoreo ambulatorio de presión arterial (MAPA) para confirmar el diagnóstico. Los niños con antecedentes familiares de hipertensión arterial frecuentemente presentan mediciones de TA elevadas.
Algunos niños con antecedentes de diabetes, colesterol elevado o sobrepeso, pueden presentar también cifras más elevadas de PA en la consulta médica ante situaciones de estrés, presentándose normotensos fuera de estas situaciones. Estos niños deben ser especialmente controlados a través del tiempo y disminuir los factores de riesgo como dieta inadecuada, obesidad y sedentarismo para evitar que desarrollen HTA.
Un pequeño estudio de Yoshihara y colaboradores mostró la utilidad de la respiración profunda cinco veces por minuto en posición sentada para identificar a pacientes con HTA de guardapolvo blanco. Se ha podido demostrar un descenso de la TA con esta maniobra.
Se trata de una herramienta sencilla en la práctica ambulatoria de consultorio al alcance del médico de atención primaria. Los cambios de la PAS luego del test de respiración profunda resultan apropiados para el diagnóstico de HTA de guardapolvo blanco. Esta prueba puede realizarse fácilmente en la consulta de un paciente hipertenso, emplea aproximadamente dos minutos para completarse y no presenta efectos adversos importantes conocidos.
– En caso de diagnóstico de hipertensión arterial alta en un niño o adolescente, ¿cómo se normaliza la presión a corto y largo plazo?
– El tratamiento de la HTA tiene un abordaje no farmacológico, basado en medidas modificadoras del estilo de vida, y otro farmacológico.
Las recomendaciones principales parten desde el cambio en los hábitos de vida:
• Evitar el sedentarismo y promover la realización de actividad física regularmente desde chicos. La realización de ejercicio aeróbico mantenido se asocia con mejoría en el control de la PA tanto sistólica como diastólica, en niños y adolescentes con HTA esencial. Como planteamiento general, se deben fomentar las actividades en grupo y al aire libre en los colegios y combatir el sedentarismo (tiempo frente a la televisión, celulares, computadoras o videojuegos).
• Promover la práctica de deportes.
• Realizar una alimentación saludable, variada, con menos cantidad de grasa, más frutas y verduras y utilizar cantidades moderadas de sal.
• Evitar los alimentos enlatados o pre-elaborados y las gaseosas /jugos/refrescos.
• Mantener un peso saludable o bajar de peso si es necesario. En cualquier caso, pequeñas pérdidas de peso, aunque no lleguen a alcanzar el objetivo fijado, pueden ayudar a reducir e incluso normalizar el control tensional. Está demostrado que el peso tiene una relación directa con la PA en niños.
• Llevar a los niños a los controles regulares con el pediatra.
Todos estos cambios conductuales (actividad física o dieta) estarán adaptados a las características del niño y su familia, debiendo establecerse siempre objetivos realistas. En estas medidas resulta fundamental involucrar a los padres y al resto de la familia, e identificar y modificar hábitos erróneos de estilo de vida en el núcleo familiar.
– ¿Cuál es pronóstico de los pacientes con esta patología?
– Lo importante es la detección precoz del niño hipertenso y la derivación adecuada y oportuna permitiendo así evitar las complicaciones que la HTA puede traer en la edad pediátrica o en la adultez.
La hipertrofia ventricular izquierda es la evidencia clínica más importante de daño a órgano blanco. Se ha demostrado que aproximadamente el 34% de los niños y adolescentes con hipertensión moderada no tratados tienen hipertrofia ventricular, por lo que se sugiere realizar ecocardiograma transtorácico en forma periódica.
Los niños y adolescentes con severa elevación de la presión tienen un riesgo mayor de efectos adversos dentro de los cuales se incluyen encefalopatía hipertensiva, convulsiones, accidente vascular cerebral e insuficiencia cardíaca.
Cuando la hipertensión es menos severa y se establece en forma crónica contribuye al daño a órgano blanco siendo los órganos más afectados riñón y corazón.
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